Las autoridades en Francia están exigiendo a Tesla que cese su promoción de vehículos como completamente autónomos, con la amenaza de multas de €50,000 diarios por violaciones continuas de lo que consideran "prácticas de marketing engañosas". Esta directiva fue emitida por la agencia de protección al consumidor de Francia tras una exhaustiva investigación que se extendió a lo largo de 2023 y 2024, la cual fue provocada por una serie de quejas de consumidores.
La investigación reveló que Tesla no solo había tergiversado las capacidades autónomas de sus automóviles, sino que también había violado varias leyes de consumo francesas, incluyendo retrasos en la devolución de pedidos y la falta de emisión de recibos adecuados para transacciones en efectivo. Como parte del proceso de cumplimiento, a Tesla se le ha otorgado un período de cuatro meses para realizar los ajustes necesarios en su publicidad y prácticas comerciales antes de que se impongan sanciones.
Este escrutinio no es un incidente aislado para el fabricante estadounidense de vehículos eléctricos, que ya ha enfrentado desafíos legales respecto a sus afirmaciones sobre la autonomía de los vehículos. En 2020, el organismo regulador de competencia de Alemania inició acciones legales contra Tesla, afirmando que la empresa había exagerado las características autónomas de sus vehículos en anuncios. Aunque Tesla logró impugnar con éxito esta demanda, ha continuado promoviendo sus capacidades de conducción autónoma en Alemania.
En los Estados Unidos, la compañía también ha estado envuelta en múltiples demandas por homicidio culposo asociadas con su sistema de Autopiloto, que permite a los vehículos dirigir, frenar y acelerar de manera autónoma.
Mientras Tesla lidia con los continuos desafíos regulatorios en Francia, también está experimentando una notable disminución en la desirabilidad entre los consumidores. Las actividades políticas de Elon Musk han complicado aún más la situación de la empresa. Actualmente, un grupo de diez propietarios de Tesla está persiguiendo acciones legales contra el fabricante, atribuyendo sus quejas a la implicación de Musk en la política de EE. UU., que según ellos ha contribuido a una disminución en el valor de sus vehículos. Además, sostienen que tales conexiones políticas han hecho que sus autos sean vulnerables al vandalismo.
Datos recientes del registro de la industria automotriz de Francia indican que las ventas de Tesla se desplomaron un 67 por ciento en mayo en comparación con el mismo mes de 2024, destacando el impacto adverso de las controversias actuales en la posición de mercado, que antes era sólida, de la marca en el país. A medida que la situación se desarrolla, Tesla enfrenta la delicada tarea de equilibrar el cumplimiento regulatorio con su imagen pública, particularmente en un entorno competitivo y políticamente cargado.
