En desarrollos recientes, Google ha revelado información significativa sobre el consumo de energía, el uso de agua y las emisiones de carbono asociadas con sus aplicaciones de inteligencia artificial, específicamente en relación con las solicitudes de texto generadas por su tecnología Gemini. Esta nueva información arroja luz sobre el impacto ambiental de utilizar la IA para tareas cotidianas como redactar correos electrónicos, organizar vacaciones o participar en escenarios de juego de roles.
Los hallazgos indican que el consumo promedio de energía por solicitud de texto es considerablemente menor de lo que se había proyectado anteriormente. La investigación de Google sugiere que cada solicitud de texto mediana requiere solo 0.24 vatios-hora de energía, lo que se puede comparar con la energía gastada al ver televisión durante menos de nueve segundos. En contraste, algunas estimaciones relacionadas con modelos de IA alternativos—como el anticipado GPT-5 de OpenAI—han sugerido un uso potencial de hasta 40 vatios-hora por solicitud; sin embargo, este número provino de evaluaciones externas y no de métricas internas.
Para evaluar las ramificaciones ambientales de las interacciones de la IA, Google ha difundido una metodología integral que detalla cómo mide estos factores. Las métricas de energía engloban la electricidad necesaria para convertir la solicitud de texto de un usuario en un formato procesable, calcular las palabras probables que seguirán y luego transformar el resultado calculado nuevamente en texto legible. Además, se consideran las demandas energéticas para enfriar los centros de datos y mantener la disponibilidad operativa de las máquinas inactivas, que pueden atender aumentos repentinos en la demanda.
La huella de carbono asociada con la solicitud promedio es de 0.03 gramos de CO2, una cifra influenciada tanto por la composición energética de diversas redes eléctricas como por el compromiso de Google con recursos de energía renovable. El consumo de agua también se tiene en cuenta, con cada solicitud utilizando aproximadamente 0.26 mililitros de agua, que corresponde a alrededor de cinco gotas.
Las mejoras en la eficiencia durante el último año han sido notables, con Google reportando una reducción del 97% en el consumo promedio de energía por solicitud de Gemini y una drástica disminución del 98% en la huella de carbono. La compañía atribuye estas mejoras a los avances en sus marcos de modelos de lenguaje, la implementación de algoritmos más eficientes, el uso de hardware personalizado y optimizaciones a lo largo de todo el sistema.
Si bien el impacto ambiental de una sola solicitud de texto parece ser relativamente menor, el efecto acumulado potencial podría ser significativo a medida que aumenta el uso de la IA. Actualmente, la investigación se centra exclusivamente en solicitudes de texto y no aborda operaciones más intensivas en energía, como la generación de video. El impacto ambiental puede variar enormemente entre diferentes empresas y sus respectivos modelos. A medida que la demanda de soluciones impulsadas por IA crece, es esencial reconocer la infraestructura necesaria para apoyar esta expansión, incluyendo la posible necesidad de nuevas fuentes de generación de energía, a menudo dependientes de combustibles fósiles.
Esta evaluación preliminar sirve como un punto de partida hacia una comprensión más profunda de la magnitud de energía que las tecnologías de IA necesitarán a medida que su adopción se vuelva más generalizada.